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sábado, 22 de septiembre de 2018

Con los ojos abiertos

En tiempos bíblicos, la carta de presentación de los apóstoles, eran sus persecuciones, sus padecimientos por el Señor, y el testimonio de como Jesús los rescataba una y otra vez. Cada naufragio, cada tortura, cada golpe de parte de los incrédulos, cada traición de los hermanos, era el "Doctorado" la "Certificación" de los siervos de Dios. Y por medio de estas vivencias y testimonios personales, plantaban iglesias, formaban discípulos, daban a luz hijos espirituales, entrenaban a los futuros líderes, todo para la Gloria de Dios.
Que diferente que es todo hoy en día, donde se reconoce a los hombres por sus posiciones sociales o institucionales, no por sus obras o testimonios, y mucho menos por padecer en su servicio al Señor. Hoy se valora a los líderes por sus posiciones institucionales, por su propiedad económica, por su fama mediática, si tiene una congregación numerosa, o un auditorio grande y bien ubicado. Si es una persona culta, o un profesional, se valora a un siervo de Dios si es Licenciado o tiene un Doctorado Teológico (yo estoy a favor de la preparación teologíca de los líderes), si a escrito libros, o tiene una gran "trayectoria" y si viene de una denominación importante mejor.
Cómo es posible que el modelo de líderazgo Bíblico ya no se vea en nuestros días, que fue lo que cambió? La Biblia dice que Dios es el mismo, ayer y hoy y por los siglos de los siglos, porque la iglesia se aleja cada vez más de los modelos que enseñan la palabra de Dios?
Es posible que el mundo se haya metido en la iglesia? Y no me refiero a música, vestimenta o cultura, me refiero a el sistema que gobierna a este mundo, un sistema que busca superlíderes éxitos según los parámetros humanos, un sistema sensual, que se guía por los sentidos, no por el espíritu, un sistema de soberbia, de altivez humana, donde el más fuerte se levanta sobre los más débiles para subyugar, donde la avaricia y la corrupción son comunes.
En 1 de Samuel 8:7 el pueblo pidió al profeta que les diera un rey como las demás naciones, y Dios le dijo a Samuel dales lo que piden porque no te desechan a ti sino a mí. En este tiempo parece que la iglesia cambio de rey, dejo de lado al Rey de Reyes, y en su intento de ser como las "demás naciones" puso a otro rey.
La iglesia y sus ancianos de esta generación, perdieron la visión, es necesario volver a la palabra de Dios, volver a los valores bíblicos que nos enseña la palabra, con sus raíces judías. Estamos en los postreros días, y todas las señales de peligro están encendidas, son tiempos peligrosos, hay falsos maestros, falsos profetas, falsas doctrinas, apostasía, solo Dios puede ayudarnos a ganar la buena batalla de la fe.
El Apostol Pablo dijo, e acabado la carrera, he peleado la buena batalla, es tiempo que los líderes peleen la buena batalla de la fe, que peleen por la fe dada a los santos.
Amados no dejemos que nuestros ojos miren la apariencia de los líderes, miremos sus frutos, recordemos que nuestros Señor dijo: por sus frutos los conoceréis.

Ptr. Aldo D. Monegal.