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viernes, 9 de mayo de 2014

Los Medios Digitales y sus Peligros


Los medios digitales – Smartphones (teléfonos inteligentes), consolas de juego y, por último, pero no menos importante, la televisión – cambian nuestra vida. Entretanto, se sabe que en EE.UU  los jovenes pasan más tiempo ocupados con los medios digitales, que durmiendo - alrededor de siete horas y media cada dia - éste es el resultado de un estudio representativo realizado a más de dos mil niños, de edades comprendidas entre los ocho y los dieciocho años. 

Lamentablemente es una triste realidad que incluso los padres ponen a los bebés delante del televisor, con el fin de disfrutar ellos de tranquilidad. El 90 % de los niños en EE.UU. miran regularmente la televisión antes de haber cumplido los dos años. Por lo tanto, la publicidad televisiva está dirigida a este grupo etario, lo que entre otras cosas trae como consecuencia que un niño, cuando está en edad de iniciar la escuela, ya conoce más de 200 nombres de marcas y sus productos correspondientes. Sólo en Estados Unidos, la industria de la publicidad gasta 10 mil millones de dólares anualmente para influir en los habitos alimentarios de los niños, de los cuales la mayor parte recae sobre la publicidad televisiva. Los niños menores de cinco años ven, anualmente, más de 4.000 anuncios comerciales de alimentos no saludables. En los  últimos años, han aumentado los estudios que demuestran que hay una relación directa entre el comportamiento adictivo y la conducta alimentaria patólogica. 

En Alemania, cerca de 250.000 jóvenes, de 14 a 24 años, son adictos a internet. Y 2,4 millones son considerados como consumidores problemáticos de internet. 

Hoy en dia no se puede vivir sin computadoras y sin internet. Esto trae consigo grandes peligros, pues su uso intensivo reduce la capacidad cerebral. Las consecuencias que produce en los niños y jóvenes son: trastornos en el lenguaje, en el aprendizaje, deficiencias en la concentración, stress, depresiones, y aumento de la violencia, según escribe el renombrado investigador del cerebro Manfred Spitzer, en su nuevo libro que lleva el provocativo título: «Demencia digital –como nosotros y nuestros hijos nos entorpecemos». 

Las voces de alerta se multiplican. «¿Google nos está volviendo estúpidos?» - así se titula un artículo crítico de los medios de comunicación, del publicista americano y experto en internet Nicholas Carr. 

Los políticos en educación alaban el gran beneficio educativo de los medios digitales. Sin embargo, numerosos estudios científicos demuestran lo contrario.  Spitzer muestra en su libro, que los medios digitales son, a largo plazo, perjudiciales para el cuerpo, pero especialmente perjudiciales para el espíritu. 


En particular, los jóvenes son los que más a menudo sucumben a la adicción de los juegos del ordenador. Las redes sociales atraen con las amistades virtuales, pero en verdad afectan el comportamiento social y fomentan las depresiones. Ante este hecho alarmante, Manfred Spitzer hace un llamado a los padres, maestros y políticos, a tomar las riendas en el asunto. Él advierte con información objetiva acerca de los riesgos, y pide que hayan restricciones de uso para los niños y  jóvenes – para proteger su futuro.

Hay otras cosas en la red que tienen un impacto devastador en los niños: el ciber-acoso, por ejemplo. Bajo ciber-acoso (ciber-hostigamiento, o ciber-acecho) se entiende el insulto deliberado, la amenaza, la marginación, el avergonzar o acosar a otros con la ayuda de los medios digitales (por ejemplo: internet, celulares, etc.).

El video publicado en YouTube, de una joven de 15 años de nombre Amanda, quien recientemente se suicidó por la desesperación, puso finalmente en sobresalto al mundo. Amanda Todd había sido objeto de burlas durante años – en la escuela y en internet. En el séptimo grado empezó a chatear en internet. Sólo por diversión. En el chat se encontró con hombres que le hacian cumplidos. Uno de ellos le pidió una foto de sus pechos desnudos. Amanda – joven e ingenua – le envió la foto por e-mail. El hombre, a su vez, envió la foto a todo el colegio donde ella estudiaba, y también la subió a Facebook. Amanda dijo: «nunca más podré recuperar esa foto. Siempre estará alli afuera». Sus compañeras de escuela comenzaron a burlarse de ella. «He llorado cada noche y he perdido a todos mis amigos», decía quejándose. Los ataques de sus compañeros aumentaron, hasta que se tornaron violentos. Amanda sufría ataques de pánico y depresiones, y se refugió en las drogas y en el alcohol. Cambió de escuela varias veces, pero su pasado en internet  la alcanzaba una y otra vez. «Sólo quiero morir», dijo. Entonces, tomó lejía – sobrevivió pero quedó gravemente herida. Hasta que en un segundo intento de suicidio, en octubre, se quitó finalmente la vida.

Esta triste historia no es la excepción – el ciber-acoso está creciendo en todo el mundo. El 33 % de los jóvenes de la Suiza alemana ha sufrido el hecho que hayan colgado sus fotos en la red, sin su consentimiento. Según una encuesta de Microsoft, el 52% de los jóvenes en Suiza, de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años, dijeron que habían experimentado acoso en internet. El 72 % de los encuestados estaba dispuesto a colgar sus fotos privadas y su información personal en internet.

Muchas de las víctimas se ocultan y callan. Por vergüenza, temor, o desesperación. El cuchicheo en el patio escolar – ¡eso es algo que pasó hace mucho tiempol! Los estudiantes de hoy discuten todos sus asuntos en internet.

En las redes sociales, por videos de internet, o por celular, se acosa, se intimida, se amenaza, sin ningún fin. La identidad del atacante que opera desde el mundo virtual, permanece, por lo general, desconocida.

También Holly Horgan llegó a estar desesperada. La estudiante británica se sentía acosada en las redes sociales, tales como facebook y My Space. Ella se suicidó, saltando de un puente en las cercanias de la ciudad de Gloucester. Esta chica de 15 años ya es la tercera jovencita británica que se suicida por causa del violento acoso virtual. Sus padres se quejaron de que su hija no habia podido hacer frente a la presión y el acoso. Sus amigos dijeron que muchas chicas la insultaban a través de su página de Facebook. Ella era acosada también en la escuela, y ya no tenia más confianza en si misma.

También en las escuelas alemanas  el ciber-acoso está a la orden del día. El 40 % de los alumnos indican que son directamente afectados. Especialmente los alumnos de la escuela primaria son los que se ven expuestos a los ataques, las amenazas de violencia fisica, los rumores y la exclusión. Muchas veces el ciber-acoso empieza con los amigos de la misma aula. A menudo, los estudiantes se enteran por otras vías de las fotos comprometedoras y de los textos difamatorios. Con tan sólo un clic, los estudiantes están expuestos a la burla general o al ridículo. Se publican fotos falsas en internet. Situaciones embarazosas – en parte provocadas deliberadamente –son filmadas y difundidas por ese medio. En los chats se ultraja, se ventilan secretos, y los rumores empiezan a correr. En Facebook o en otras redes sociales se fundan «grupos de odio», en los cuales las víctimas son expuestas para ser avergonzadas. Se crean falsos perfiles con el nombre de la víctima: comentarios malvados e insultos, o anuncios falsificados son escritos. Se instiga conscientemente a pelearse, para filmar con el móvil y subir esto a Internet para su difusión. Los acosadores engañan a la víctima con una falsa identidad, construyen una relación de confianza, para luego cometer abusos. Mientras que los chicos ofenden e insultan, las chicas más bien son acosadas sexualmente.

Pero, no sólo los estudiantes, sino también los maestros se ven afectados por los ataques virtuales. En la plataforma interactiva llamada www.spickmich.de los estudiantes pueden calificar a sus profesores – naturalmente de forma anónima. Algunos usan esta opción para «arreglar cuentas» con profesores impopulares. No sólo insultos, sino también montajes pornográficos y «ejecuciones virtuales» se encuentran entre las cosas que alli se cuelgan. Las consecuencias pueden ser graves para las víctimas de acoso cibernético. Para ellas no hay refugio, ni privacidad.

Según un estudio, el 70% de los acosadores son varones, el 88 % de ellos tiene entre 11 y 20 años de edad. Para los autores de estos delitos, el ciber-acoso rara vez tiene graves consecuencias, como una denuncia, por ejemplo.

Al igual que con el acoso, también con el ciber-acoso: los ataques se repiten por mucho tiempo. La víctima no está en condiciones de defenderse y siente que está a merced de los atacantes. Los acosadores cibernéticos actúan, supuestamente, en forma anónima. Los contenidos se difunden rápidamente y casi no se pueden controlar. El acceso público a ellos es posible durante todo el día, y es inmanejable. Las propias víctimas se enteran de ello mucho más tarde. Las fotos, los comentarios, los perfiles en la red, se pueden llegar a borrar solamente en pocos casos. Pues puede ser que antes que se logren borrar, otro usuario ya lo ha copiado, cambiado, o inclusive sin cambiar lo vuelve a subir a la red.  Muchos motores de búsqueda tienen aparte de las páginas actuales de internet, también las páginas viejas, almacenadas en sus memorias. Y basta con un click para poderlas activar nuevamente. Pues lo que está online permanece online. La red no olvida nunca.

«Muchos de los jóvenes que practican este acoso, no sonconscientes de las consecuencias que esto puede producir en las víctimas de sus ataques.»
¿De dónde viene todo esto? Nuestra sociedad occidental hace todo lo posible por abolir a Dios. El Dios Creador es reemplazado por la casualidad. Nuestros hijos aprenden que el mundo y el hombre no son más que un producto de la casualidad. Si eso es cierto, entonces no tenemos ninguna responsabilidad frente a Dios. Ningún mandamiento que enseñe a respetar y a amar a los demás como a uno mismo. ¿Sabemos realmente lo que estamos haciendo? ¿Qué estamos sembrando en los corazones de los niños? La violencia – no sólo en los niños y jóvenes – se debe al hecho de que hemos perdido la noción del bien y del mal. La teoria de la evolución nos enseña que: hay un mayor desarrollo a expensas del más débil. La mentalidd egoísta no es sancionada.

¡Despertemos de una vez! Asumamos nuestra responsabilidad. No nos quedemos de brazos cruzados viendo como nuestros niños son engañados, acosados y manipulados. Y cito nuevamente al científico e investigador del cerebro Manfred Spitzer, él dice: «los medios digitales hacen que uno se vuelva gordo, estúpido, agresivo, solitario, enfermo, e infeliz. Limite a los niños el uso de los medios digitales. Para toda nuestra sociedad vale lo siguiente: no tenemos nada excepto los cerebros de la próxima generación, cuando se trata de nuestro bienestar y de la preservación de nuestra cultura. ¡Dejemos ya de destruirlos sistemáticamente! 

Fuente: Perspectiva Cristiana llamadaweb.org

Bruno e Yvonne Schwengeler 

Artículo sacado de la revista Ethos (alemán)
Traducido: Luis Cordova 

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