Esta nota la publico Iosef Neira, y habla del terrorismo como la tercera guerra mundial que comenzo en el 2001 con el atentado a las torres gemelas, todos los paises de Europa y America estan bajo la amenaza del terrorismo islamico, por grupos como Hamas y el Isis.
Tenemos que orar a Dios para que se detenga esta ola de violencia mundial.
No vienen a matarnos de fuera. Están dentro. Son de los nuestros. Convertidos al Islam atacan al Parlamento de Canadá . En Jerusalén un terrorista de Hamas asesina a un bebé de tres meses y hiere a siete personas con un coche, pero eso parece menos noticia porque suele ocurrir casi a diario. No sigamos haciendo distinciones con el terrorismo. Todos los terrorismos son el mismo. Europa tiene veinte millones de musulmanes viviendo en ella. No todos son terroristas, obviamente, pero la inmensa mayoría de terroristas son musulmanes. No miremos sólo a Irak. Irak está en nuestra casa. Al lado, en la puerta del vecino de enfrente. Esa es la realidad terrible a la que nos enfrentamos en la tercera guerra mundial que comenzó el 11-S de 2001 en Nueva York. Hace mucho que algunos lo llevamos diciendo. Y mientras nosotros dormimos con cierta tranquilidad en nuestras camas, el terrorismo en la red, a través de todos y cada uno de los medios de las nuevas tecnologías y a fuerza de la conversión al Islam en nuestros civilizados guetos occidentales analiza, apunta, afina y dispara para terminar con nosotros. Eso aquí. En la otra parte del mediterráneo, en Israel, la única solución es terminar definitivamente con Hamas. Definitivamente. Antes de que reconstruya sus túneles, su armamento, para eso la ONU ha decidido "humanitariamente" ayudar a la reconstrucción de Gaza. En eso terminará, como siempre, el dinero internacional a la Franja: en manos de Hamas para la compra de misiles, construcción de túneles y atentados indiscriminados contra la población civil israelí que, eso sí, sólo serán noticia en Occidente, como si Israel no fuera occidente, cuando exista una respuesta por parte hebrea. Estamos locos, o somos estúpidos o las dos cosas a la vez. Cuando vengan a por nosotros, no nos quejemos. Tenemos lo que hemos consentido, amparado, justificado y tolerado. Así nos va. Este artículo lo escribe un ex diputado del parlamento español: Joaquín Calomarde.
Tenemos que orar a Dios para que se detenga esta ola de violencia mundial.
No vienen a matarnos de fuera. Están dentro. Son de los nuestros. Convertidos al Islam atacan al Parlamento de Canadá . En Jerusalén un terrorista de Hamas asesina a un bebé de tres meses y hiere a siete personas con un coche, pero eso parece menos noticia porque suele ocurrir casi a diario. No sigamos haciendo distinciones con el terrorismo. Todos los terrorismos son el mismo. Europa tiene veinte millones de musulmanes viviendo en ella. No todos son terroristas, obviamente, pero la inmensa mayoría de terroristas son musulmanes. No miremos sólo a Irak. Irak está en nuestra casa. Al lado, en la puerta del vecino de enfrente. Esa es la realidad terrible a la que nos enfrentamos en la tercera guerra mundial que comenzó el 11-S de 2001 en Nueva York. Hace mucho que algunos lo llevamos diciendo. Y mientras nosotros dormimos con cierta tranquilidad en nuestras camas, el terrorismo en la red, a través de todos y cada uno de los medios de las nuevas tecnologías y a fuerza de la conversión al Islam en nuestros civilizados guetos occidentales analiza, apunta, afina y dispara para terminar con nosotros. Eso aquí. En la otra parte del mediterráneo, en Israel, la única solución es terminar definitivamente con Hamas. Definitivamente. Antes de que reconstruya sus túneles, su armamento, para eso la ONU ha decidido "humanitariamente" ayudar a la reconstrucción de Gaza. En eso terminará, como siempre, el dinero internacional a la Franja: en manos de Hamas para la compra de misiles, construcción de túneles y atentados indiscriminados contra la población civil israelí que, eso sí, sólo serán noticia en Occidente, como si Israel no fuera occidente, cuando exista una respuesta por parte hebrea. Estamos locos, o somos estúpidos o las dos cosas a la vez. Cuando vengan a por nosotros, no nos quejemos. Tenemos lo que hemos consentido, amparado, justificado y tolerado. Así nos va. Este artículo lo escribe un ex diputado del parlamento español: Joaquín Calomarde.
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