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jueves, 3 de marzo de 2016

MI PASTOR ES MI AMO

Esta es una nota escrita por el Pastor Jorge Ruben Herrera, y con su permiso la público en el blog, porque creó que relata una problemática que se esta viviendo en la iglesia en estos tiempos, esperó se de bendición para todos.

Una hermano llega a la iglesia y dice:

Hola pastor.
Quiero contarle algo que pasa en una congregación, de la cual tuve que irme.

Cuando comencé en la fe, todo lo veía bien; pero al tiempo, veía que los miembros se comentaban entre sí sus vidas privadas, y estos las difundían por toda la iglesia.
El pastor nunca quiso darle un alto a esto; de hecho él preguntaba a las ovejas para que le contaran todo.
Para hablar claro, el chisme estaba instalado en la congregación; pero dependiendo de quién fuera, le jalaba las orejas; porque si eran “sembradores”, no hacía nada.

Al diezmo lo pedían casi obligado, y no se tomaban el tiempo durante el servicio para orar, y bendecir a las familias.

El pastor no permitía que se haga ninguna actividad, si él no estaba presente; porque siempre decía que él es la AUTORIDAD. Incluso, regañaba a muchos por tener iniciativa en actividades que predicaran el Nombre de Jesús.

Nos prohibían ir a otras congregaciones, porque supuestamente nos íbamos a confundir.
Siempre fui una obrera en la iglesia, una maestra de niños. Pero muchas veces no participaba del servicio, porque cuidaba niños desde que llegaba, hasta terminar.

Pasé años orando por mi esposo, y cuando lo conocí, me acerque a los pastores para pedir consejos y su bendición; me dijeron que no, porque él no diezmaba, (lo que no era cierto, porque el diezmaba correctamente).

Pastor ¿que considera usted? Casi me aparto de los caminos del Señor por todo lo que allí viví.
Ahora, la pastora dice que yo tengo que volver allí; ella está convencida. Incluso, tuve un sueño donde mi esposo moría; todo, porque la pastora dijo que estaba orando para que Dios lo quitara de mi camino.
Pastor dígame, aconséjeme, ¿cómo debo orar?

Yo estoy ahora en otra congregación.
Con mi esposo me siento muy feliz, nos han dado mucha enseñanza y apoyo; pero la pastora de la congregación anterior tiene ese empeño, y les dijo a sus ovejas que yo voy a volver. Sólo quiero que me dejen tranquila; ellos siguen insistiendo todo el tiempo por el teléfono.
¡Auxilio! Me siento acosada, con culpas, confundida. He llegado a pensar que mi pastor es mi amo.

Reflexión:

Esta situación no es un caso aislado.
Los gritos de desesperación, miedo e impotencia se multiplican por todas partes, y especialmente en Latinoamérica.
Hijos de Dios, presos de un hombre o una mujer, que tiene muy poco conocimiento y temor de Dios; y que mantienen una posición, que les permite manipular a su antojo.

Jesús enfrentó en una ocasión a sus propios discípulos, quienes estaban a punto de proceder mal, inspirados por el error:
-“Entonces volviéndose Él, los reprendió, diciendo: VOSOTROS NO SABÉIS DE QUÉ ESPÍRITU SOIS;” Luc 9.55

Y esto, no puede ser más cierto hoy, en las muestras de conducta de muchos mal llamados “pastores”.
No puede haber un respaldo del cielo para este proceder autoritario; donde el control sobre las ovejas es abusivo y engañoso. Donde el dedo acusador y opresor está presente, y regula a su gusto la vida de los ignorantes e incautos hermanitos.
Esto sólo tiene una fuente: el mismo satanás.

En la tentación del desierto, el diablo dijo tres cosas; y cada una de ellas, tienen principios que usa el manipulador, el autoritario, y el engañador.
-“Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.” Mateo 4.3
En otras palabras, demuéstrame a mí, quién eres primero.
El enemigo, siembra duda de la identidad y autenticidad como hijo de Dios. Le encanta dar “buenas” sugerencias. Y se molestará mucho, si no se le obedece. Usará las debilidades y las fallas para someter, y hacerlos dependientes de su “cobertura”. Necesita saber qué hacen, y qué están necesitando para controlarles. Tiene que estar muy bien “informado”, y así demostrar, que por “revelación especial”, lo sabe todo.

-“y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.” Mateo 4.6
Para el manipulador, sus ovejas, siempre tienen que demostrar si son o no creyentes. Estas, siempre estarán incompletas e incompetentes. Siempre les faltará algo: crecimiento, revelación, tacto, madurez, santidad, etc.

-“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” Mateo 4. 8,9
Sus lindas promesas y buenas profecías abundan, pero las condiciones son: el reconocimiento, el sometimiento, y la sujeción. ¡Nadie como él o como ella! Además les hará sentirse “orgullosos” del “padre espiritual” que tienen. Tristemente, terminarán arrodillados delante del “ungido de Dios”.

Cuando Jesús habló de autoridad él dijo:
-“Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero ENTRE VOSOTROS NO SERÁ ASÍ, sino que EL QUE QUIERA HACERSE GRANDE entre vosotros SERÁ VUESTRO SERVIDOR, y EL QUE QUIERA SER EL PRIMERO entre vosotros SERÁ VUESTRO SIERVO; como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.” Mateo 20.25-28

Algo muy distinto a lo que vemos en la iglesia de hoy, ¿no?
Hoy se promueve al hombre y a la autoridad piramidal en, “el Apóstol”, el “Pastor”, el “Anciano”. Hemos desplazado a Cristo Jesús, la Cabeza impecable e inmortal, por un hombre corrupto, pecador, egoísta y mortal. 1 Cor. 1.11-13

Debemos saber esto:
-Somos miembros del Cuerpo de Cristo, independientemente de dónde nos congreguemos. 1 Cor 1.2
No podemos culpar, ni condenar al hermano si se mueve de congregación; debemos orar para que ellos sean una bendición al lugar donde llegan, porque allí también es Iglesia de Cristo.

-Somos esclavos de Uno, y lo somos a Aquel que lo dio todo por amor. No somos, ni podemos ser títeres de un controlador inseguro. 1 Cor 7.23

-Nuestra función como pastores es cuidar la grey, pastorear, orar, sanar y restaurar; llevar a cada creyente a la estatura de un varón perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. He. 13.17; 2 Ti 3.17

-Nuestra posición no es una ventaja, es una responsabilidad. Nuestro “cargo” es circunstancial y temporal; Mateo 25.14-30

-No somos especiales, ni salidos de una matriz especial. Gal 3.27,28

-Todos necesitamos de Cristo y de su Sangre preciosa, hasta el día de nuestra partida. 1 Juan 1.5-10

-No debemos padecer al “hombre o a la mujer de Dios”. Si, debemos padecer por el Evangelio de Cristo. 1 Pedro 4.12-16

-No hay “ungidos” con privilegios. Hay usados, que debemos conservar la humildad y sumisión al Rey de reyes; y no debemos dejar de darle toda la Gloria a Él. 1 Cor 6.20

-No podemos pronunciar maldición. Santiago 3.10
Aunque tampoco esta palabra tiene poder, valor, ni cumplimiento; porque el Padre no está en el asunto de maldecir, sino de bendecir. No podemos condenarles a vivir una mentira; no somos amos, somos los servidores de nuestros hermanos.

Si como esta hermana, estas bajo opresión, quizás debas orar para salir ahora a la libertad de los hijos de Dios.

Y si hemos estado abusando del poder delegado, arrepintámonos y pidamos perdón; porque, muy pronto seremos llamados a rendir cuentas en el Tribunal de Cristo. 2 Cor 5.10

Jesús dijo:
-“ ¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su Señor ha dejado encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo? Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes.
Pero ¿qué tal si ese siervo malo se pone a pensar: “Mi Señor se está demorando”, y luego comienza a golpear a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos? El día en que el siervo menos lo espere y a la hora menos pensada el Señor volverá. Lo castigará severamente y le impondrá la condena que reciben los hipócritas. Y habrá llanto y rechinar de dientes.” Mateo 24:45-51

Pastor Ruben Herrera, Jorge Rubén Herrera

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